Es oficial: Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo, recibió una sanción masiva en el Gran Premio de China después de que la FIA revelara nuevas pruebas que surgieron durante los controles posteriores a la carrera. La noticia, que ha sacudido al paddock y a la afición de la Fórmula 1, supone un duro golpe para el piloto británico y para Ferrari, equipo con el que debutó este año tras su sensacional fichaje procedente de Mercedes. El episodio llega en medio de un fin de semana ya complicado para el equipo de Maranello, que vio sus dos coches descalificados por irregularidades técnicas, un hecho raro y vergonzoso para un equipo de tanto prestigio.

Todo comenzó después de la carrera en Shanghai, cuando los comisarios técnicos de la FIA realizaron controles rutinarios en los coches. En el caso de Hamilton, el problema que encontró fue un desgaste excesivo en la pastilla inferior de su SF-25, conocida como “tablón”. Este componente, imprescindible para garantizar la seguridad y el cumplimiento de la normativa aerodinámica, debe mantener un espesor mínimo de 9 milímetros, según el reglamento técnico de la Fórmula 1. Sin embargo, las mediciones realizadas en el monoplaza de Hamilton revelaron valores más bajos: 8,6 mm en el lado izquierdo, 8,6 mm en el centro y 8,5 mm en el lado derecho. Una discrepancia mínima, pero suficiente para violar las reglas, que no permiten excepciones. Durante la audiencia con los comisarios, los representantes de Ferrari admitieron el error, calificándolo de “de buena fe” y subrayando que no había intención de obtener ventaja. Sin embargo, la pena estándar para esta infracción es la descalificación, y así se decidió.
La sanción no afecta sólo a Hamilton, sino también a su compañero de equipo, Charles Leclerc, cuyo coche pesa un kilogramo menos que el límite mínimo de 800 kg que impone el reglamento. Tras sustituir el alerón delantero dañado y drenar el combustible, el coche del monegasco pesaba tan solo 799 kg. Una vez más, Ferrari reconoció el descuido, pero la FIA no hizo concesiones y descalificó a ambos pilotos. Esta doble derrota representa una debacle sin precedentes para el equipo italiano, que pierde puntos preciosos en el campeonato de constructores y ve esfumarse los resultados de una carrera ya de por sí difícil, que terminó sin podios.
Para Hamilton, la sanción llega después de un fin de semana que había comenzado con grandes expectativas. El británico había dominado la carrera Sprint del sábado, consiguiendo su primera victoria con Ferrari y mostrando destellos del talento que lo ha convertido en una leyenda de la Fórmula 1. El circuito de Shanghai, donde ha triunfado seis veces en su carrera, parecía el lugar ideal para consolidar su impacto en el equipo. Sin embargo, las dificultades surgidas en la clasificación y en la carrera, sumadas a la descalificación, convirtieron el fin de semana en una pesadilla. El propio Hamilton reveló que un cambio experimental en el coche después de la carrera Sprint había empeorado el rendimiento, un detalle que pudo haber contribuido al desgaste excesivo del piso.
El accidente plantea interrogantes sobre los preparativos de Ferrari con el nuevo SF-25. Un mal cálculo de la ropa de patinaje o del control del peso demuestra una falta de atención que está en desacuerdo con la reputación del equipo. El equipo prometió aprender de sus errores, pero el daño ya estaba hecho: los aficionados y los conocedores quedaron atónitos ante un error tan básico. Pierre Gasly, del Alpine, también corrió la misma suerte debido al peso insuficiente de su coche, un pequeño consuelo para Ferrari, que ahora debe pasar página de cara a las próximas carreras.
Para Hamilton, esta sanción es un duro golpe moral. Después de un difícil 2024 con Mercedes, el paso a Ferrari fue visto como un nuevo comienzo. La victoria en el Sprint había reavivado su entusiasmo, pero la descalificación volvió a poner sombras en su camino. Queda por ver cómo reaccionará el campeón, conocido por su resiliencia, en un campeonato mundial que promete ser competitivo. Mientras tanto, el Gran Premio de China de 2025 será recordado como un día negro para el Cavallino Rampante, un recordatorio de lo mucho que importan los detalles en la Fórmula 1.