La elección de Paapa Essiedu como Severus Snape en la serie de televisión de Harry Potter de HBO, cuyo estreno está previsto para 2026, ha generado un intenso debate, con algunos fans cuestionando la elección de un actor negro para un personaje tradicionalmente representado como blanco. En una rueda de prensa celebrada en mayo de 2025, el director Mark Mylod abordó la controversia sin rodeos, desestimando las acusaciones de un casting “consciente”. “Esto es solo un cambio, no una agenda progresista”, declaró Mylod, enfatizando que la selección de Essiedu se debió a su excepcional talento y a su capacidad para capturar la compleja esencia de Snape, no a motivos políticos. El comentario, publicado por Variety, busca reenfocar la narrativa hacia la visión artística en medio de un fandom polarizado.
Essiedu, un actor británico-ghanés de 34 años conocido por I May Destroy You y The Lazarus Project, fue anunciado como Snape en abril de 2025, uniéndose a John Lithgow como Dumbledore y Janet McTeer como McGonagall. En los libros de J.K. Rowling, Snape es descrito con “piel cetrina”, “cabello negro grasiento” y una “nariz aguileña”, rasgos encarnados por Alan Rickman en las películas originales. Algunos fanáticos, particularmente en X, han argumentado que un actor negro se desvía de esta descripción, con publicaciones que afirman que el casting prioriza la diversidad sobre la fidelidad. Un usuario escribió: “El aspecto de Snape es icónico. ¿Por qué cambiarlo por DEI?”. Otro sugirió que la raza de Essiedu podría alterar la dinámica de Snape con James Potter, enmarcando su rivalidad como racialmente cargada.
Mylod, cuyos créditos incluyen Succession, refutó estas críticas destacando las cualidades de Essiedu. “El trabajo de Paapa habla por sí solo: su intensidad, su vulnerabilidad, su capacidad para encarnar el dolor y la redención lo hacen perfecto para Snape”, dijo. La experiencia teatral de Essiedu con la Royal Shakespeare Company y sus papeles nominados al Emmy demuestran una profundidad que encaja con el arco argumental complejo de Snape como agente doble impulsado por un amor no correspondido. Mylod enfatizó que la serie, escrita por Francesca Gardiner, busca explorar los matices de los libros a lo largo de varias temporadas, lo que permite a Essiedu retratar a un Snape más joven, más cercano a la línea temporal de las novelas. “No estamos reescribiendo la historia de Snape; la estamos profundizando”, agregó Mylod, según The Hollywood Reporter.
La acusación de “woke” refleja una reacción más amplia contra la diversidad en el reparto de las adaptaciones. Controversias similares rodearon a la Hermione negra de Noma Dumezweni en Harry Potter y el legado maldito y a Ariel de Halle Bailey en La Sirenita. The Guardian señaló que la elección de Essiedu para el reparto podría enriquecer la imagen de Snape como un outsider, dadas sus experiencias de marginación, pero advirtió que HBO debe evitar los estereotipos. Los seguidores de X se han unido a Essiedu, y un fan tuiteó: “Paapa va a clavar el tormento y la brillantez de Snape. Elegir talento por encima del color de piel no es woke, es inteligente”. Otro elogió su adaptación a un “Snape atormentado y más joven”, citando su escalofriante actuación en “Demon 79” de Black Mirror.
La controversia se complica por el papel de J.K. Rowling como productora ejecutiva, dadas sus opiniones polarizadas sobre las cuestiones trans. Essiedu, quien firmó una carta de derechos trans en mayo de 2025, ha sido objeto de escrutinio por trabajar con ella, aunque ha guardado silencio al respecto. Mylod eludió las preguntas sobre Rowling, centrándose en el proceso creativo. “Nuestro trabajo es contar una historia, no alimentar guerras culturales”, dijo. Con 32.000 audiciones en marcha para Harry, Ron y Hermione, HBO apuesta por una adaptación original pero fiel.
Con el rodaje inminente en los Estudios Leavesden, el Snape de Essiedu sigue siendo un pararrayos. La defensa de Mylod subraya el compromiso con la elección artística por encima de las expectativas de los fans, pero la división entre ellos persiste. No se sabe si la actuación de Essiedu unirá a los espectadores o profundizará la división, pero su elección supone un paso audaz para el mundo mágico: uno que prioriza el talento frente a los prejuicios.