🔴“ES HORA DE PARTIR”. Fabio Quartararo admite que hay tensión en Yamaha por los recientes comentarios sobre el V4.

Fabio Quartararo, estrella de Yamaha Factory Racing, se muestra visiblemente frustrado con el rumbo del equipo, que planea introducir un nuevo motor V4 para la temporada 2026 de MotoGP. El piloto francés, fiel competidor de Yamaha desde su debut en MotoGP en 2019, expresó su escepticismo e impaciencia ante las promesas de mejora del equipo, especialmente tras los comentarios del director del equipo Yamaha, Paolo Pavesio, sobre el motor V4. Las declaraciones de Quartararo se producen en medio de una temporada marcada por destellos de brillantez eclipsados por constantes decepciones, lo que plantea dudas sobre su futuro en el fabricante japonés.

 

La temporada 2025 de Quartararo ha sido una montaña rusa de altibajos. El piloto de 26 años ha demostrado su talento con cuatro pole positions desde abril, demostrando un ritmo de clasificación notable. Sin embargo, sus resultados en carrera a menudo no han estado a la altura de este potencial. Un fallo técnico en el Gran Premio de Gran Bretaña le costó una posible victoria, lo que se sumó a una serie de actuaciones decepcionantes que han alimentado su creciente descontento. Estos reveses han llevado a Quartararo a cuestionar abiertamente la capacidad de Yamaha para ofrecer una moto competitiva, una preocupación que expresó con vehemencia durante una sesión de prensa en Alemania.

 

Al ser preguntado sobre las declaraciones de Pavesio respecto al motor V4 previsto para 2026, Quartararo fue contundente. “No sé qué opina”, dijo, restando importancia al optimismo del jefe de equipo sobre el nuevo motor. “No creo que le interese demasiado el aspecto técnico”. Para Quartararo, las especificaciones del motor —ya sea un V4 o el actual de cuatro cilindros en línea— son secundarias al rendimiento. “En realidad, ellos [Yamaha] saben muy bien qué hacer para retenerme”, declaró. “Para ser sincero, me da igual si es el V4 o no, solo quiero una moto competitiva para el año que viene”.

Esta no es la primera vez que Quartararo presiona públicamente a Yamaha. En el Gran Premio de los Países Bajos del mes pasado, dio un ultimátum claro: “necesita un proyecto ganador ya”. Sus comentarios reflejan la indecisión de un piloto, dividido entre la lealtad al equipo que impulsó su carrera en MotoGP y el deseo de una máquina capaz de luchar por campeonatos. A pesar de un tercer puesto en la carrera al sprint en Alemania, Quartararo admitió que la tensión dentro del equipo está aumentando. “Claro, se está poniendo un poco tenso, porque siempre esperamos más y más cosas, mejoras. Vemos que realmente no tenemos ninguna”, dijo.

El motor V4, que Yamaha está desarrollando para sustituir al cuatro cilindros en línea de la M1 actual, ha sido un punto central de debate. Si bien Quartararo reconoció haber recibido “muy buenos resultados” en las pruebas, se apresuró a señalar sus deficiencias. “Los tiempos por vuelta son lentísimos”, dijo, enfatizando que las métricas de rendimiento importan más que la sensación subjetiva. “La sensación con una moto puede ser buena, pero…”, su voz se fue apagando, con evidente frustración. Su lenguaje corporal en Alemania resaltó aún más su descontento. Durante los entrenamientos libres 2, se le vio golpear su moto con rabia tras un problema técnico, y repitió el gesto en la sesión de calentamiento del domingo, visiblemente exasperado al cruzar la línea de meta.

 

Las dificultades de Quartararo ponen de manifiesto un desafío más amplio para Yamaha, un fabricante que en su día dominó MotoGP, pero que ha tenido dificultades para seguir el ritmo de rivales como Ducati en los últimos años. La incapacidad del equipo para traducir los resultados de las pruebas en resultados en carrera ha minado la confianza, tanto de Quartararo como de los aficionados de Yamaha. Sus comentarios públicos sirven de advertencia al equipo: entreguen una moto competitiva o se arriesgan a perder a un piloto que ha sido su pilar desde 2019.

A medida que avanza la temporada 2025, el futuro de Quartararo con Yamaha pende de un hilo. Su lealtad se ha visto puesta a prueba por la falta de progreso y su paciencia se está agotando. La promesa de un motor V4 en 2026 puede ser demasiado lejana para un piloto ansioso por competir en cabeza ahora. Para Yamaha, la tarea es clara: deben demostrar que pueden proporcionar a Quartararo una moto capaz de ganar, o podrían enfrentarse a la posibilidad de perder a uno de los talentos más brillantes de MotoGP. Con la tensión en aumento, los próximos meses serán cruciales tanto para el piloto como para el equipo mientras navegan por este momento crucial en su colaboración.

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