En un mundo donde el éxito a menudo se mide por las exhibiciones materiales (automóviles de lujo, casas de diseño o inversiones tentadoras), una pareja ha elegido un legado más tranquilo y significativo.
Gaël Monfils y Elina Svitolina, dos de las figuras más célebres del tenis, sorprendieron al mundo no con una compra llamativa, sino con un acto de profunda compasión y propósito.
En lugar de gastar los 3 millones de libras que tanto les costó ganar en un superdeportivo o una isla privada, la pareja invirtió discretamente todo el dinero en la construcción de un centro de formación profesional gratuito para jóvenes desempleados en sus respectivas ciudades: París (Monfils) y Odessa (Svitolina). El proyecto, mantenido en secreto durante casi un año, fue revelado recientemente por un periodista local que se topó con los planos de construcción presentados por una fundación anónima.
El centro, que ofrece capacitación gratuita en habilidades como carpintería, codificación, artes culinarias, diseño digital e ingeniería eléctrica, abrió sus puertas el mes pasado sin conferencia de prensa, inauguración ni anuncio en las redes sociales.
“ No querían atención, solo resultados ”, dijo un coordinador local que pidió no ser identificado. “Dijeron que si un solo joven encuentra un nuevo camino aquí, todo vale la pena”.
Pero eso no fue todo.
Como parte de su misión silenciosa, Monfils y Svitolina compraron y restauraron en secreto las casas de la infancia en las que cada uno creció, no para sí mismos, sino para transformarlas en espacios comunitarios: bibliotecas de lectura, salas de tutoría gratuitas y centros seguros después de la escuela para los niños locales.
Los vecinos de su ciudad natal fueron los primeros en notar las renovaciones y las iniciales “M&S” fueron grabadas sutilmente en una piedra angular de cada propiedad.
Una historia de amor más grande que el tenis
La pareja, que se casó en 2021 y ahora es una de las más admiradas del mundo del deporte, siempre ha desafiado los estándares de las celebridades. Tras otras vacaciones lujosas y patrocinios de lujo, Monfils y Svitolina han mantenido los pies en la tierra, hablando a menudo sobre la importancia de la humildad, el trabajo duro y la solidaridad.
“Venimos de lugares donde los sueños se han desvanecido”, dijo Svitolina. “Si podemos ser el puente hacia el sueño de alguien más, eso es más gratificante que cualquier trofeo”.
Sus acciones son ampliamente elogiadas no sólo por los fanáticos, sino también por otros atletas y organizaciones humanitarias.
Billie Jean King tuiteó:
Lo que Gaël y Elina han hecho es más que hermoso. Así se construye un legado duradero: con amor, compasión y propósito.
El impacto silencioso
En una era de caridad performativa y generosidad organizada en línea, la historia de Monfils-Svitolina es un soplo de aire fresco. Sin cámaras. Sin escenas prefabricadas. Solo dos corazones de oro que siembran silenciosamente las semillas del cambio.
Como lo expresó un adolescente local, ahora inscrito en el programa de codificación del centro:
No me dieron dinero. Me dieron un futuro.
De hecho, mientras los trofeos acumulan polvo, acciones como éstas se propagan de generación en generación.
Y en esa ola silenciosa, Monfils y Svitolina hicieron quizás la declaración más fuerte de todas.