Monte Carlo, abril de 2025 — En un torneo que suele ser dominado por la seriedad y la estrategia milimétrica, el francés Gaël Monfils, conocido por su estilo extravagante y acrobático, ha vuelto a ser el protagonista de uno de los momentos más memorables —y desconcertantes— del circuito ATP. En plena segunda ronda del Masters 1000 de Montecarlo, Monfils no solo venció en un partido que parecía perdido, sino que hizo sonrojar a todo el estadio con un gesto que ni Federer, Nadal ni Djokovic se habrían atrevido a ejecutar jamás.
En su duelo contra el joven canadiense Felix Auger-Aliassime, Monfils perdía 4-6, 2-5 y 15-40. Todo parecía indicar que su camino en Montecarlo terminaría en otra actuación vistosa pero intrascendente. Pero entonces, ocurrió lo impensable: tras salvar dos puntos de partido con dejadas imposibles, Monfils corrió a la red, saltó como en un espectáculo de circo y ejecutó una volea entre las piernas… de espaldas.
El punto fue tan inesperado que el juez de silla tardó tres segundos en cantar “¡punto para Monfils!”. El público se quedó en silencio… y luego estalló en una mezcla de carcajadas, aplausos y silbidos. Las cámaras mostraron a espectadores tapándose el rostro, a madres cubriendo los ojos de sus hijos, y a un grupo de fans con una pancarta que decía “¡Monfils, eres un loco maravilloso!”
En la conferencia de prensa posterior, Monfils explicó la motivación detrás de su osado golpe. Con una sonrisa pícara, reveló que fue idea de su esposa, la tenista ucraniana Elina Svitolina.
“Ella me dijo esta mañana: ‘Haz algo que haga que el mundo hable de ti, algo que ni los tres grandes pudieron hacer en su vida’. Yo solo cumplí con el desafío.”
Los reporteros rieron, pero Monfils mantuvo su tono sincero:
“Los ‘Big 3’ son leyendas, pero ninguno hizo un punto entre las piernas, de espaldas, en match point… y luego se puso a bailar reguetón en la red. Eso es algo que solo yo puedo hacer. Porque soy… un poco payaso, sí, pero también un artista.”
A raíz de su victoria en remontada por 4-6, 7-5, 6-3, Monfils se convirtió en el jugador de mayor edad en avanzar a tercera ronda en Montecarlo con un estilo completamente circense. Las redes sociales estallaron con clips del famoso punto, y el hashtag #MonfilsMagia fue tendencia global durante 18 horas.
Incluso Rafael Nadal, que no participó este año por lesión, comentó en broma en Instagram: “Jamás habría intentado algo así. Necesitas estar loco… o ser Monfils.”
Roger Federer, por su parte, se limitó a un emoji de cara sorprendida y el texto: “Nunca lo vimos venir.”
Gaël Monfils nunca ha ganado un Grand Slam ni ha sido número uno del mundo. Pero su legado va más allá de las estadísticas. En palabras de un aficionado que asistió al partido: “Federer me enseñó elegancia. Nadal, garra. Djokovic, perfección. Pero Monfils… Monfils me recuerda por qué amo este deporte. Porque también es espectáculo.”
El propio Monfils lo sabe. Al finalizar el partido, lanzó sus muñequeras al público y saludó como si estuviera en un teatro. La ovación duró más de tres minutos. Algunos incluso lloraban de la emoción… o de la risa.
En la siguiente ronda, Monfils se enfrentará a Stefanos Tsitsipas, en un duelo que promete otro capítulo cargado de drama, acrobacias y, por qué no, nuevas excentricidades.
Al despedirse de la sala de prensa, Monfils lanzó una última frase, con mirada cómplice:
“Si Elina me da otra idea loca… prepárense. Montecarlo no ha visto nada aún.”