En una decisión que ha despertado admiración y curiosidad, Angel Reese, la joven promesa de 23 años de la WNBA y recién llegada alero de las Chicago Sky, ha comprado una casa de 1,3 millones de dólares en Lemont, Illinois. La compra sorprende a muchos, sobre todo teniendo en cuenta que, según los registros públicos, Reese ganó tan solo unos 74.000 dólares durante su último año en el baloncesto universitario.

Reese, quien recientemente debutó como profesional con Chicago Sky tras una carrera universitaria muy publicitada en LSU, se ha convertido rápidamente en uno de los nombres más comentados del deporte femenino. Conocida por su carisma, talento y una confianza sin complejos dentro y fuera de la cancha, también se ha convertido en un imán para acuerdos y patrocinios con marcas, lo que muchos creen que podría ser la clave para desentrañar el misterio tras su valiosa adquisición.

Aunque su salario de novata de la WNBA se ajusta a la estructura contractual estándar (alrededor de $73,439 para la temporada 2024), los ingresos de Reese fuera de la cancha parecen ser todo menos comunes. Durante su tiempo en LSU, se convirtió en una de las atletas universitarias mejor pagadas gracias a acuerdos NIL (Nombre, Imagen y Semejanza), generando, según se informa, cientos de miles, si no millones, en ingresos por patrocinios. Las alianzas con marcas como Coach, Amazon, Mercedes-Benz y Reebok han impulsado significativamente su cartera financiera.

Aun así, gastar casi 18 veces su salario base anual en una vivienda sorprendería a cualquier joven atleta. Tanto expertos financieros como aficionados han comenzado a analizar la decisión, con algunos elogiando la audacia de Reese y otros advirtiendo que no se exceda demasiado pronto en una carrera que puede ser impredecible.
La casa en sí es una moderna propiedad de lujo ubicada en el adinerado suburbio de Lemont, a unos 48 kilómetros al suroeste del centro de Chicago. Según los anuncios inmobiliarios, la propiedad cuenta con cinco dormitorios, una cocina gourmet, baños estilo spa, gimnasio privado y un amplio patio trasero con piscina y zona de entretenimiento. Es el tipo de casa que no solo simboliza éxito, sino también estatus.
Reese no ha comentado públicamente sobre la compra, pero su actividad en redes sociales sugiere que se siente más que cómoda con la atención que genera. En Instagram, donde presume de tener millones de seguidores, recientemente publicó enigmáticas descripciones sobre “trabajar duro por lo que te mereces” y “hacer realidad tus sueños”.

Sus seguidores ven esto como un símbolo de empoderamiento e independencia financiera, especialmente para las mujeres negras en el deporte profesional, quienes históricamente han estado subrepresentadas y mal pagadas. Sin embargo, otros advierten sobre la “trampa del novato” que ha afectado a muchos jóvenes atletas que se enriquecen repentinamente sin una planificación a largo plazo.
Queda por ver si la decisión de Reese resulta ser una inversión inteligente o una advertencia. Pero algo está claro: Angel Reese vive la vida a su manera, sin temor a la opinión pública y aceptando plenamente la atención que tanto le ha costado ganarse.