En una dramática escalada de tensiones en el mundo de MotoGP, el presidente de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM), Jorge Viegas, ha lanzado una dura advertencia al seis veces campeón del mundo de MotoGP, Marc Márquez, antes del Gran Premio de Francia en Le Mans. Según se informa, esta medida sin precedentes se produce a petición del legendario piloto Valentino Rossi, cuya influencia en el deporte sigue siendo formidable incluso después de su retirada de MotoGP en 2021. La declaración de Viegas, con un inconfundible tono de autoridad, sacudió al paddock: “Si intentas algo, te enfrentarás a graves consecuencias”. Este desarrollo reaviva una de las rivalidades más históricas en la historia del automovilismo y plantea preguntas sobre la gobernanza del deporte, su imparcialidad y la sombra persistente de controversias pasadas.
Las raíces de este último capítulo se remontan a la infame temporada 2015 de MotoGP, un año en el que la rivalidad entre Márquez y Rossi se convirtió en una disputa pública. El incidente más famoso ocurrió en el Gran Premio de Malasia en Sepang, donde Rossi fue acusado de provocar deliberadamente el accidente de Márquez tras una acalorada batalla en la pista. La colisión resultó en una penalización para Rossi, obligándolo a comenzar desde el fondo de la parrilla en la última carrera de la temporada, lo que finalmente le costó la oportunidad de ganar el campeonato. Rossi y sus seguidores afirmaron que Márquez lo había obstaculizado deliberadamente para favorecer a su compatriota Jorge Lorenzo, quien finalmente ganó el título. Márquez, por su parte, negó haber actuado mal, pero el incidente dejó una cicatriz permanente en su relación, y Rossi luego declaró que nunca tendría una relación personal con Márquez.
Avanzamos rápidamente hasta 2025 y las brasas de esta rivalidad aún siguen encendidas. Rossi, ahora propietario del equipo VR46 Racing y una figura destacada en el deporte motor, habría contactado a la FIM para expresar su preocupación por el estilo de conducción de Márquez antes del GP de Francia. Fuentes cercanas a la situación sugieren que Rossi ha resaltado las tácticas agresivas de Márquez en las últimas carreras, particularmente sus atrevidas maniobras de adelantamiento, que algunos críticos dicen que rayan en la imprudencia. Si bien el valiente enfoque de Márquez le ha ganado una legión de fanáticos y una reputación como uno de los mayores talentos del deporte, también ha recibido críticas por sobrepasar los límites del juego limpio. La petición de Rossi a la FIM es vista por muchos como un intento de garantizar la igualdad de condiciones, en particular para los pilotos de su equipo, que compiten contra la formidable presencia de Márquez en la pista.
La advertencia de Viegas a Márquez es un raro ejemplo de la proactividad de la FIM antes de que ocurra un incidente, lo que demuestra la intención del organismo rector de mantener el orden en un deporte conocido por sus altos riesgos e intensas rivalidades. La elección de palabras del presidente de la FIM –“graves consecuencias”– sugiere que cualquier infracción percibida por Márquez podría resultar en sanciones que van desde un descenso en la parrilla hasta la suspensión de carreras o incluso una deducción de puntos, lo que afectaría significativamente sus aspiraciones al título. Con Márquez actualmente en disputa por el título de 2025, lo que está en juego no podría ser más alto y la advertencia lo pone bajo estrecha vigilancia mientras se prepara para el exigente circuito de Le Mans.
Como era de esperar, la reacción del paddock estuvo polarizada. Los partidarios de Márquez argumentan que la advertencia es un intento injusto de frenar su instinto natural de carrera, orquestado por la persistente influencia de Rossi. Señalan la notable recuperación de Márquez de una lesión de brazo que puso en peligro su carrera en 2020 y su constante capacidad para burlar a sus oponentes como evidencia de su habilidad, no de su maldad. Mientras tanto, los fans de Rossi, que siguen siendo una fuerza influyente en la comunidad de MotoGP, ven la intervención de la FIM como un reconocimiento largamente esperado del supuesto cariño de Márquez por él, y muchos creen que su estilo de conducción agresivo es simplemente parte de lo que lo convierte en campeón. Otros, particularmente aquellos afiliados a Rossi, ven la advertencia de la FIM como un paso necesario para frenar lo que perciben como una propensión de Márquez a romper las reglas. La controversia también ha provocado debates más amplios sobre el papel de la FIM en la gestión de las rivalidades y si la influencia de Rossi, como piloto retirado y propietario de un equipo, le otorga una influencia indebida sobre el gobierno del deporte.
Para Márquez, el GP de Francia ahora representa más que una carrera. Conocido por su fortaleza mental y su capacidad para pilotar bajo presión, el español tendrá que equilibrar su agresividad natural con cautela, sabiendo que los ojos de la FIM están puestos en él. Un solo movimiento en falso podría desencadenar las “graves consecuencias” prometidas, poniendo potencialmente en peligro su candidatura al título. Para Rossi, la situación subraya su legado perdurable en MotoGP, demostrando que incluso años después de su última carrera, su voz todavía tiene peso en la cima del deporte.
A medida que el circo de MotoGP desciende sobre Le Mans, la tensión es palpable. Los fanáticos se están preparando para un fin de semana tenso, donde cada movimiento de Márquez será analizado y cada vuelta podría hacer historia. Todavía está por verse si Márquez atenderá la advertencia de la FIM o redoblará su estilo característico, pero una cosa es segura: los fantasmas de 2015 continúan rondando el deporte y la rivalidad entre Márquez y Rossi está lejos de terminar. El GP de Francia promete ser un auténtico crisol de culturas, que pondrá a prueba no sólo la habilidad de los pilotos, sino también la capacidad del deporte para abordar el pasado y forjar el futuro.