En un sorprendente giro de los acontecimientos, el director ejecutivo de Disney, Bob Iger, criticó públicamente a Rachel Zegler, protagonista de la nueva versión de acción real de Blancanieves, declarando que su actuación y sus declaraciones públicas han empañado el legado de una de las princesas más icónicas de Disney. Los comentarios, supuestamente realizados durante una reunión a puerta cerrada con ejecutivos del estudio, han conmocionado a Hollywood y generado un acalorado debate entre los fans y los expertos de la industria. La controversia en torno a la interpretación de Zegler y la decepcionante actuación en la película ha reavivado el debate sobre el enfoque de Disney para reimaginar sus cuentos clásicos en la era moderna.
La versión en acción real de Blancanieves, una producción de 350 millones de dólares, se estrenó en 2024, pero no cumplió con las expectativas, recaudando solo 87 millones de dólares a nivel mundial. La película enfrentó desafíos desde el principio, incluyendo retrasos en la producción y críticas por los cambios al clásico animado original de 1937. Zegler, quien fue elegida para interpretar a Blancanieves, se convirtió en blanco de críticas tras expresar su deseo de actualizar el personaje para reflejar valores contemporáneos. En entrevistas, describió a la Blancanieves original como anticuada, enfatizando que su versión sería más independiente y menos dependiente del rescate de un príncipe. Mientras algunos la elogiaron por aportar una perspectiva fresca, otros la acusaron de faltarle el respeto a la herencia de Disney, un sentimiento que parece haber resonado con Iger.

Los comentarios de Iger, aunque no confirmados oficialmente por Disney, fueron filtrados por una fuente anónima presente en la reunión. Según la fuente, Iger expresó su frustración no solo por el fracaso financiero de la película, sino también por la imagen pública de Zegler. Según informes, afirmó que sus críticas abiertas a la historia original distanciaron al público que aprecia la clásica Blancanieves. “No es digna de llevar el manto de Blancanieves”, se dice que Iger comentó, añadiendo que su enfoque “arruinó a una de las princesas más famosas de Disney”. Estas declaraciones han suscitado fuertes críticas por parte de los partidarios de Zegler, quienes argumentan que fue injustamente criticada por intentar modernizar un personaje creado hace casi un siglo.

Zegler, por su parte, no se ha quedado callada. En una declaración reciente, lamentó si sus comentarios ofendieron a los fans, aclarando que su intención era honrar al personaje y, al mismo tiempo, hacerla más cercana a las nuevas generaciones. “Lamento profundamente si mis palabras hirieron a alguien”, dijo. “Mi pasión por este proyecto nació de mi amor por Blancanieves y lo que ella representa”. Sin embargo, su disculpa no ha logrado calmar la controversia, y las redes sociales están llenas de opiniones divididas. Algunos fans defienden a Zegler, argumentando que la decisión de Disney de reimaginar a Blancanieves generó escrutinio, mientras que otros se ponen del lado de Iger, creyendo que el remake se alejó demasiado del encanto de la original.
Las consecuencias de la declaración de Iger tienen implicaciones más amplias para Disney, que ha enfrentado desafíos con su reciente lista de remakes de acción real. Si bien películas como El Rey León y Aladdin tuvieron éxito, otras, como Blancanieves, han tenido dificultades para replicar la magia de sus predecesoras animadas. Los analistas de la industria sugieren que el esfuerzo de Disney por modernizar sus clásicos corre el riesgo de alienar a su público objetivo, que valora la nostalgia y la tradición. El reparto de enanos diversos en el remake de Blancanieves y su cambio de enfoque narrativo buscaban atraer a un público más joven y progresista, pero estos cambios generaron reacciones negativas en algunos sectores, lo que contribuyó al pobre desempeño de la película.
Las declaraciones de Iger también plantean interrogantes sobre su estilo de liderazgo y la dinámica interna de Disney. Conocido por su visión estratégica, Iger ha guiado a Disney a través de adquisiciones transformadoras y el lanzamiento de Disney+. Sin embargo, sus críticas directas a Zegler han generado acusaciones de buscar chivos expiatorios, y algunos argumentan que el fracaso de la película refleja errores creativos más amplios en el estudio. Disney aún no ha emitido un comunicado oficial sobre los comentarios de Iger, lo que da pie a especulaciones sobre los próximos pasos de la compañía.
Al calmarse el polvo, la controversia de Blancanieves subraya el delicado equilibrio que Disney debe lograr entre innovación y tradición. Para Zegler, la experiencia ha sido una dura lección sobre cómo lidiar con la presión de protagonizar un remake de gran repercusión. Para Iger y Disney, es un recordatorio de que incluso las historias más queridas pueden convertirse en campos de batalla en las guerras culturales. Queda por ver si el legado de Blancanieves podrá recuperarse de este capítulo, pero por ahora, la atención se centra firmemente en el conflicto entre la visión de un director ejecutivo y la ambición de una joven estrella.