El almirante Richard E. Byrd, un explorador polar y oficial naval estadounidense de renombre, es conocido por sus expediciones a la Antártida y sus contribuciones a la historia naval, pero un evento menos conocido de su carrera ha resurgido para capturar la atención de los investigadores de ovnis y los entusiastas: un supuesto encuentro con un ovni en 1947 que involucró un aterrizaje en un buque de guerra. Este incidente, que según los informes ocurrió durante la Operación Highjump, ha generado un debate continuo sobre la presencia de vida extraterrestre y el posible encubrimiento de información por parte de las autoridades militares de la época.

La Operación Highjump, liderada por el almirante Byrd entre 1946 y 1947, fue una expedición naval masiva a la Antártida, oficialmente destinada a explorar y cartografiar la región, así como a entrenar al personal militar en condiciones extremas. Sin embargo, según diarios y relatos que se le atribuyen a Byrd, el 19 de febrero de 1947, mientras su flota navegaba cerca de la costa antártica, ocurrió algo extraordinario. Byrd afirmó que un objeto volador no identificado, descrito como un disco metálico brillante de unos 30 metros de diámetro, emergió del agua y se posó directamente sobre la cubierta del USS Pine Island, uno de los buques de guerra de la expedición.

En sus supuestas notas, Byrd describió el objeto como “de una tecnología que no pertenece a ninguna nación conocida”. Según su relato, el ovni emitía un zumbido bajo y estaba cubierto de símbolos que no pudo identificar. Más impactante aún, Byrd afirmó que dos seres emergieron del objeto: figuras altas, de apariencia humanoide, con piel pálida y ojos grandes y brillantes. Estos seres, según Byrd, se comunicaron con él mediante telepatía, advirtiéndole sobre los peligros del uso de armas nucleares y urgiendo a la humanidad a buscar la paz. El encuentro, que duró aproximadamente 20 minutos, terminó cuando el ovni despegó a una velocidad increíble y desapareció en el horizonte.

Aunque el relato de Byrd ha sido citado por ufólogos durante décadas como evidencia de contacto extraterrestre, no existe documentación oficial que lo confirme, y muchos historiadores lo consideran una leyenda o una invención. Los registros oficiales de la Operación Highjump no mencionan ningún incidente relacionado con ovnis, y algunos investigadores creen que las notas atribuidas a Byrd podrían ser falsificaciones creadas años después de su muerte en 1957. El Dr. Juan Morales, un historiador naval de la Universidad de California, argumentó: “Byrd era un hombre de ciencia y un militar respetado. Es poco probable que haya inventado una historia tan fantástica, pero tampoco hay pruebas concretas que respalden este supuesto encuentro”.

A pesar del escepticismo, el relato ha capturado la imaginación del público, especialmente en el contexto de otros eventos de 1947, como el incidente de Roswell, que ocurrió solo meses después. En las redes sociales, hashtags como #ByrdOVNI1947 y #HighjumpMisterio han generado un renovado interés, con usuarios especulando que el encuentro pudo haber sido encubierto por el gobierno estadounidense debido a las implicaciones de la Guerra Fría y el temor a la reacción pública. Algunos incluso han vinculado la historia con teorías más amplias sobre bases extraterrestres ocultas en la Antártida.

El asombroso encuentro OVNI de 1947 del almirante Byrd sigue siendo un misterio sin resolver, atrapado entre los límites de la historia documentada y la especulación. Aunque no hay evidencia física que corrobore su relato, la historia continúa fascinando a aquellos que buscan respuestas sobre la presencia de vida extraterrestre y los secretos que podrían yacer escondidos en los registros militares. ¿Fue Byrd testigo de un evento que cambiaría para siempre nuestra comprensión del universo, o fue su historia un producto de la imaginación de la época? Hasta que surjan pruebas definitivas, el debate seguirá vivo, alimentando la curiosidad sobre lo que realmente ocurrió en las heladas aguas de la Antártida en 1947.