En un combate muy esperado que arrasó en el mundo del boxeo, Artur Beterbiev consiguió una contundente victoria sobre Dmitry Bivol en el octavo asalto con un nocaut que dejó a la audiencia incrédula. Beterbiev, conocido por su inmenso poder y su implacable estilo de lucha, dominó el combate y, en última instancia, condujo a uno de los resultados más impactantes de la historia reciente del boxeo.
Desde el principio, Beterbiev exhibió su característica agresividad, empujando a Bivol contra las cuerdas y asestando golpes poderosos que debilitaron a su oponente. Aunque Bivol, un formidable peleador por derecho propio, intentó defenderse y contraatacar, se hizo cada vez más evidente que la precisión y la fuerza de Beterbiev lo superaban.
El momento decisivo llegó en el octavo asalto, cuando Beterbiev desató una serie de golpes devastadores que culminaron en un nocaut que envió a Bivol a la lona. La multitud, que había estado esperando ansiosamente una pelea competitiva, se quedó en silencio atónito mientras Bivol luchaba por recuperarse.
Esta derrota no solo destrozó el impulso de Bivol, sino que también le asestó un duro golpe financiero, ya que, según se informa, el peleador perdió 35 millones de dólares como resultado de la pelea. Mientras tanto, Beterbiev consolidó su reputación como una fuerza dominante en el mundo del boxeo, con fanáticos y analistas elogiando su actuación y especulando sobre lo que le espera al campeón.
La pelea tuvo una recepción mixta por parte de la audiencia, con algunos expresando su decepción por la naturaleza unilateral de la pelea, mientras que otros celebraron la increíble exhibición de habilidad y poder de Beterbiev. Independientemente de las reacciones, la pelea será recordada como uno de los momentos decisivos de la carrera de Beterbiev y un capítulo significativo en la historia del boxeo.