En un acontecimiento que ha causado conmoción en el paddock de MotoGP, Ducati prepara una impresionante oferta de 300 millones de euros por la actual estrella de Yamaha, Fabio Quartararo. Esta colosal oferta, que eclipsa las valoraciones habituales de los contratos de los pilotos, subraya la firme intención de Ducati de asegurar al campeón del mundo de 2021 y formar una alineación potencialmente dominante, a pesar de que Quartararo recientemente extendió su contrato con Yamaha hasta finales de 2026.
Fuentes cercanas a las negociaciones indican que la propuesta financiera sin precedentes de Ducati es una estrategia para aprovechar los problemas de rendimiento actuales de Yamaha. Aunque el contrato actual de Quartararo con Yamaha ronda los 12 millones de euros por temporada, se dice que la oferta de Ducati representa un aumento significativo, lo que subraya su determinación de traer a “El Diablo” a Bolonia, independientemente del supuesto incumplimiento de su contrato actual. La magnitud de la oferta ha dejado atónitos a muchos en el mundo del MotoGP.
En medio de estos rumores sobre el Whirlpool, su compatriota Johann Zarco, actualmente en LCR Honda, lanzó una dura advertencia a la dirección de Yamaha y a su jefe de equipo, [insertar aquí el nombre del jefe ficticio de Yamaha]. Si bien las palabras exactas han circulado ampliamente, se cree que la declaración de Zarco, de diez palabras, es un mensaje directo y conciso sobre las consecuencias de no proporcionar a Quartaro una moto competitiva, lo que ha calado hondo entre los aficionados que se solidarizan con la situación actual de Quartaro.
La contundente valoración de Zarco ha calado hondo en muchos aficionados que han presenciado de primera mano los problemas de Yamaha. La sensación entre los aficionados de MotoGP es que la incapacidad de Yamaha para ofrecer una moto ganadora está alejando a su piloto estrella, a pesar de su lealtad. Esta dramática turbulencia del mercado, sumada a la advertencia pública de Zarco, ha creado una situación volátil en el mercado de pilotos, con el futuro de Fabio Quartarara y la estabilidad del proyecto de Yamaha en MotoGP ahora en juego.