Después de una emotiva despedida en el Santiago Bernabéu, Luka Modrić visitó su antigua escuela y quedó impactado al descubrir que su querido conserje, el Sr. John, aún trabajaba a los 79 años para mantener a su familia. Lo que Modrić hizo a continuación no solo cambió la vida del Sr. John para siempre, sino que también dejó sin palabras a toda la escuela y a todo el país.
Después de una emocional despedida del Santiago Bernabéu, la leyenda del Real Madrid, Luka Modrić, regresó a su vieja escuela en Zadar, Croacia, para una visita conmovedora. Sin embargo, lo que descubrió allí lo dejó “aturdido”: su amado ex conserje, el Sr. John, todavía estaba trabajando a la notable edad de 79 años, para mantener a su familia. Esta revelación puso en marcha una cadena de eventos que no solo cambió la vida del Sr. John para siempre, sino que también dejó toda la escuela y todo el país “sin palabras”.

La visita de Modrić a sus terrenos formativos educativos fue inicialmente un viaje por el carril de la memoria, una oportunidad de volver a conectarse con sus raíces después de una ilustre carrera en el pináculo del fútbol mundial. Buscó caras familiares, con la esperanza de compartir historias y expresar gratitud. La vista del Sr. John, una figura humilde que había apoyado silenciosamente a innumerables estudiantes, aún realizando diligentemente sus deberes a finales de los años setenta, afectó profundamente al mediocampista. Fue un marcado recordatorio de las luchas a menudo sin ser seguidas que enfrentan muchos, incluso cuando el propio Modrić disfrutó de un éxito incomparable.

Movido por la inquebrantable dedicación del Sr. John y la dura realidad de su continuo trabajo en la vejez, Luka Modrić, según los informes, tomó medidas inmediatas y decisivas. Si bien los detalles completos de su acto benevolente se mantienen privados por respeto a la privacidad del Sr. John, fuentes cercanas a la situación indican que Modrić proporcionó un asombroso nivel de apoyo financiero que aseguró el futuro del conserje, asegurando que finalmente pudiera retirarse con dignidad y comodidad. Esta no fue una mera donación sino una intervención que altera la vida.

La noticia de la extraordinaria generosidad de Modrić se extendió como un incendio forestal, dejando a toda la comunidad escolar y, posteriormente, todo el país de Croacia, “sin palabras”. Fue un poderoso testimonio del personaje de Modrić y su humildad duradera, lo que demuestra que a pesar de su fama global y su inmensa riqueza, permanece profundamente conectado con sus orígenes y aquellos que lo apoyaron en el camino. Sus acciones han solidificado su legado no solo como un ícono futbolístico, sino como un verdadero humanitario que recuerda de dónde vino.