El mundo de la arqueología está en shock tras el descubrimiento de una tumba que podría cambiar la historia tal como la conocemos. Un grupo de investigadores ha descubierto lo que podría ser una prueba definitiva de la existencia del Appuaki: un supuesto Kigg de 12.000 años de antigüedad con características físicas que desafían toda explicación.
El descubrimiento se produjo en una región remota de Oriente Medio, donde un equipo de arqueólogos dirigido por el reconocido científico Dr. Erik Vahause descubrió una cámara funeraria completamente intacta. Al abrir la tumba, encontraron un sarcófago de piedra colosal con inscripciones en un idioma conocido. Sin embargo, lo más sorprendente fue lo que había dentro.
Dentro del sarcófago yacía un cuerpo sorprendentemente bien conservado, de unos 3,5 metros de altura, con un pelo dorado y rasgos faciales que no se corresponden con los de un humano conocido. Según el Dr. Vaihause, las pruebas iniciales de carbohidrato 14 indican que este cuerpo podría tener al menos 12.000 años de antigüedad.
“Nunca antes habíamos visto un objeto como este. Su ADN parece contener secuencias que no se encuentran en ningún otro ser vivo de la Tierra”, dijo el científico en una conferencia de prensa.
Lo más inquietante es lo que ocurrió después del descubrimiento. Los informes indican que varios miembros del equipo experimentaron síntomas físicos y psicológicos extraños después de entrar en contacto con la tumba. Algunos informaron haber visto estructuras gigantescas y tecnologías imposibles, mientras que otros desaparecieron sin dejar rastro.
Fuentes anónimas han revelado que las autoridades gubernamentales han intervenido rápidamente en la investigación y han sellado la tumba, lo que ha suscitado sospechas de un posible encubrimiento. A pesar de la presión, el Dr. Vaihause ha insistido en que la verdad debe salir a la luz y que este descubrimiento podría ser una prueba definitiva de que los Appaaki, los legendarios “dioses” sumerios, no sólo existieron, sino que podrían haber tenido una influencia directa en la historia humana.
Si se confirma la autenticidad de este descubrimiento, podría significar una reescritura completa de la historia humana y su relación con posibles civilizaciones extraterrestres. ¿Será este el comienzo de una nueva era de revelaciones? ¡Sólo el tiempo lo dirá!