El mundo de MotoGP se ha visto sacudido por una decisión sin precedentes: la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) ha impuesto a Marc Márquez, leyenda viva del motociclismo, la sanción más severa jamás registrada en la historia de la competición. La acusación es grave y ha sacudido el paddock: el piloto español, ocho veces campeón del mundo, habría manipulado repetidamente las carreras, favoreciendo deliberadamente a su hermano Álex Márquez para luego adelantarlo y cruzar la meta primero. La noticia, actualizada al 17 de marzo de 2025, ha desatado la polémica, dividiendo a aficionados y conocedores entre quienes defienden la integridad de Márquez y quienes ven esta sanción como un punto de inflexión necesario para restablecer la credibilidad del campeonato.

Según la FIM, el comportamiento de Márquez se remonta a varias carreras de la temporada 2025, que comenzó con el dominio de los hermanos Márquez en Tailandia y continuó con actuaciones extraordinarias, como la victoria de Marc en Argentina. Sin embargo, la atención se ha desplazado de los triunfos a la dinámica sospechosa que surgió en la pista. Los comisarios analizaron la telemetría, las imágenes a bordo y los testimonios, concluyendo que Marc había adoptado una estrategia disimulada: reducir la velocidad deliberadamente en los momentos clave para dejar espacio a Alex, permitirle tomar la delantera de la carrera y luego adelantarlo en las últimas vueltas para asegurar la victoria. Este esquema, calificado de “amañado” por la FIM, se repitió en al menos tres ocasiones, incluido el Gran Premio de Buriram y el Gran Premio de Termas de Río Hondo.
La sanción, anunciada tras semanas de investigación, es draconiana: una multa récord de 500.000 euros, la descalificación para las próximas cinco carreras y la pérdida de todos los puntos acumulados en las carreras infractoras. Además, Márquez enfrentará una audiencia disciplinaria al final de la temporada para considerar más medidas, incluida una posible suspensión extendida. El presidente de la FIM, Jorge Viegas, justificó la decisión afirmando: “MotoGP se basa en la competencia justa y la transparencia. No podemos tolerar que un piloto, por muy talentoso que sea, comprometa la integridad del deporte con un comportamiento premeditado”. La acusación de haber favorecido a Alex, piloto del equipo Gresini Racing, ha añadido un elemento personal a la historia, alimentando las especulaciones sobre un supuesto “pacto familiar” entre los dos hermanos.

Marc Márquez, por su parte, ha rechazado rotundamente las acusaciones. En un comunicado publicado en las redes sociales, calificó la sanción como “un ataque injusto e infundado” a su carrera. “Siempre he corrido para ganar, no para jugar. “Alex es un piloto competitivo y si estamos por delante es porque trabajamos duro, no porque le dejé pasar”, escribió, prometiendo apelar ante el Tribunal de Apelaciones de la FIM. El equipo Ducati, que recibió a Márquez en 2025 como piloto oficial junto a Francesco Bagnaia, expresó su total apoyo, calificando las pruebas de la FIM de “circunstanciales y carentes de sustancia”. Sin embargo, la tensión en el garaje es palpable, con Bagnaia que, aunque evitando comentarios directos, ha dejado claro que quiere concentrarse solo en la pista.
Alex Márquez, inevitablemente involucrado, reaccionó con amargura. “Es absurdo pensar que Marc tiene que ‘dejarme ganar’ y luego adelantarme. “Corro para mí, no para ser un extra”, dijo en una entrevista posterior a la carrera. Pero los datos hablan por sí solos: en Tailandia, Marc redujo significativamente el ritmo en la décima vuelta, permitiendo a Alex adelantarlo, antes de acelerar y tomar de nuevo la delantera en la penúltima vuelta. Un patrón similar se observó en Argentina, donde Alex lideró durante seis vueltas antes de entregarle la posición a su hermano. Para la FIM, estos episodios no son casualidades, sino una estrategia orquestada para manipular los resultados y, quizás, garantizar visibilidad a Alex en el mundo competitivo de MotoGP.
La reacción de los aficionados fue feroz. En las redes sociales, especialmente en X, los seguidores de Márquez denuncian una conspiración y acusan a la FIM de querer castigar al piloto por su exceso de potencia en la pista. Otros, sin embargo, aplauden a la federación y consideran la sanción como una fuerte señal contra cualquier forma de injusticia. La rivalidad con Marco Bezzecchi, ya calentada tras las declaraciones de Márquez en Argentina, se intensificó, con el italiano comentando irónicamente: “Quizás ahora entienda que no hace falta mirar mi moto para ganar”. Mientras tanto, en el paddock se preguntan por el futuro: con Márquez fuera durante cinco carreras, pilotos como Bagnaia y Pedro Acosta podrían aprovechar la situación para consolidar sus posiciones en la clasificación.
Esta historia marca un punto de inflexión para MotoGP. La sanción a Márquez no es sólo un castigo, sino una advertencia: nadie, ni siquiera un “rey” como él, está por encima de las reglas. Queda por ver si la apelación revocará la decisión o si 2025 será recordado como el año en que el mito de Márquez sufrió su primera grieta real. Por ahora, el circo se prepara para el próximo Gran Premio sin uno de sus protagonistas absolutos, pero con una pregunta en el aire: ¿es realmente posible arreglar el talento?