Chris Hemsworth, reconocido por blandir el Mjolnir como Thor en el Universo Cinematográfico de Marvel, ha invertido su estrellato y millones de dólares en un ambicioso proyecto científico: rescatar a los mamuts lanudos de la extinción. Anunciada a finales de 2024, la inversión de Hemsworth en Colossal Biosciences, una empresa biotecnológica con sede en Texas, lo une a otros patrocinadores de alto perfil como Paris Hilton y Tony Robbins en la misión de resucitar a la icónica criatura de la Edad de Hielo para 2028. El proyecto, que aprovecha la tecnología de vanguardia de edición genética CRISPR, busca no solo revivir a los mamuts, sino también restaurar los ecosistemas árticos y combatir el cambio climático. La iniciativa ha captado la atención mundial, combinando la influencia de celebridades con ciencia innovadora, aunque plantea cuestiones éticas sobre la desextinción.

Colossal Biosciences, cofundada por el genetista de Harvard George Church y el empresario Ben Lamm, ha recaudado 235 millones de dólares para financiar sus iniciativas de desextinción, y la contribución de Hemsworth ha reforzado su visibilidad. El proyecto estrella de la empresa consiste en diseñar un híbrido de elefante y mamut, combinando ADN de restos congelados de mamut con el de elefantes asiáticos, que comparten el 99,5 % de sus genes. Mediante la edición genética para rasgos como pelaje grueso, orejas más pequeñas y capas de grasa resistentes al frío, Colossal pretende crear un “mamut funcional” que pueda prosperar en el Ártico. El director ejecutivo, Ben Lamm, declaró a The Independent que el proceso se asemeja a un “Jurassic Park inverso”, con una fecha objetivo para finales de 2028 para el primer nacimiento de mamut, dado el período de gestación de 22 meses. El progreso va por buen camino, con avances recientes que incluyen la creación de células madre pluripotentes inducidas a partir de elefantes asiáticos, un paso crítico para la manipulación genética.

La participación de Hemsworth va más allá del respaldo financiero. Su pasión por la conservación, evidente en su defensa de la preservación de los océanos, se alinea con la misión más amplia de Colossal. La compañía ha prometido $50 millones para establecer una fundación de conservación para proteger especies en peligro de extinción como el rinoceronte blanco del norte. Hemsworth, en una declaración a Euro Weekly News , enfatizó el impacto ecológico: “Revivir a los mamuts podría restaurar el equilibrio en el Ártico, ayudando a combatir el cambio climático”. Los científicos de Colossal argumentan que los mamuts, al pisotear la nieve y pastar en los pastizales, podrían preservar el permafrost, un sumidero de carbono crítico, previniendo la liberación de gases de efecto invernadero. Esta visión se basa en estudios, como uno en Siberia en 2020, que muestra que los grandes herbívoros reducen las temperaturas del suelo al compactar la nieve.

El proyecto no está exento de controversia. Críticos, como Karl Flessa, de la Universidad de Arizona, cuestionan la sensatez de liberar criaturas modificadas genéticamente en un Ártico en proceso de calentamiento, advirtiendo de un posible “espectáculo de fenómenos” o una perturbación ecológica. También surgen inquietudes éticas sobre el uso de elefantes asiáticos en peligro de extinción como sustitutos, dadas las altas tasas de fracaso de técnicas de clonación similares a las utilizadas para la oveja Dolly en 1996. Joseph Bennett, de la Universidad de Carleton, declaró a NPR que la creación de un híbrido de mamut comercializado como conservación es “una estrategia difícil de vender”. Otros, como Gabriela Mastromonaco, del Zoológico de Toronto, argumentan que sería mejor invertir los fondos en especies vivas en peligro de extinción. A pesar de estas críticas, George Church, de Colossal, defiende el proyecto, señalando que los avances en células madre podrían contribuir a la conservación de los elefantes al combatir enfermedades como el herpesvirus que mata a las crías de elefante.
El prestigio de Hemsworth ha amplificado el alcance del proyecto, con fans en X entusiasmados por su transición de superhéroe a “salvador de mamuts”. Las publicaciones van desde la emoción —”¿Thor trae de vuelta a los mamuts? ¡Apúntame!”— hasta el escepticismo sobre la premisa de ciencia ficción. Los planes de Colossal van más allá de los mamuts, apuntando al dodo y al tigre de Tasmania, con periodos de gestación más cortos que podrían dar resultados antes. La prueba de concepto de la compañía para 2025, que muestra ratones con rasgos similares a los de los mamuts, como el pelaje lanudo, ha reforzado la confianza en su cronograma. Sin embargo, persisten desafíos, como el desarrollo de úteros artificiales o la obtención de elefantes sustitutos viables, ya que no se han encontrado células de mamut intactas debido a la degradación del ADN en restos congelados.

El proyecto de resurrección de mamuts, respaldado por los millones de Hemsworth, representa una audaz intersección de ciencia, celebridades y ambientalismo. Mientras los críticos debaten su viabilidad y ética, quienes lo apoyan lo ven como un paso pionero para revertir los errores ecológicos de la humanidad. Mientras Colossal avanza a toda velocidad hacia 2028, el mundo observa atentamente si Hemsworth y su equipo pueden realmente hacer que los mamuts vuelvan a cruzar la tundra, demostrando que incluso los sueños más descabellados de la ciencia ficción pueden hacerse realidad. Por ahora, la apuesta de la estrella de Thor por la desextinción sigue generando esperanza, debate y asombro.