El drama en la WNBA acaba de alcanzar un nuevo punto álgido cuando Caitlin Clark, la estrella de Indiana Fever, presentó oficialmente una demanda contra Angel Reese, la jugadora de Chicago Sky, con una indemnización de hasta 10 millones de dólares. La demanda, presentada ante los tribunales el pasado fin de semana, se deriva de las acusaciones de que Reese había instigado a sus fans a atacar y acosar a Clark en su casa de Indianápolis. Este incidente no solo sacudió al baloncesto femenino, sino que también dividió a los aficionados, llevando la hostilidad entre las dos estrellas más jóvenes del torneo a un nuevo nivel.

Según los documentos judiciales, todo comenzó después de una publicación de Instagram de Reese a principios de febrero de 2025. En ella, escribió: “Si realmente me apoyas, hazle ver que no es bienvenida aquí”. Aunque no se nombra directamente a Clark, se dice que esta publicación apuntaba a la oponente después de un tenso partido entre Fever y Sky, donde Clark anotó 35 puntos y llevó al equipo a la victoria. Apenas unos días después, la casa privada de Clark fue arrojada y pintada por un grupo de desconocidos, acompañado de amenazas grabadas a través de cámaras de seguridad. Clark, en la demanda, afirmó que las acciones de Reese han excedido el límite de la competencia deportiva, causando graves daños a su espíritu y vida personal.

Reese, quien se ha enfrentado a Clark desde la universidad y es famosa por su feroz estilo de juego, no ha hecho ningún comentario oficial. Sin embargo, una fuente cercana a ella dijo que Reese se sintió incomprendida, y que la publicación fue solo una forma de ella de alentar a los fanáticos sin intención de incitar a la violencia. Sin embargo, el equipo legal de Clark argumentó que Reese, con más de 5 millones de seguidores en las redes sociales, era responsable de las consecuencias de sus palabras.

La comunidad del baloncesto explotó inmediatamente. En X, los fans de Clark calificaron a Reese de “bullying” y exigieron que la WNBA interviniera, mientras que los fans de Reese replicaron que Clark estaba “exagerando” para llamar la atención. Algunos analistas incluso temen que esta demanda pueda dañar la imagen del torneo, que se está beneficiando de la competencia entre las dos estrellas para aumentar la audiencia.
Mientras la demanda aún está pendiente de resolución, tanto Clark como Reese siguen jugando. Pero ahora que la tensa relación ha echado más leña al fuego, nadie sabe si este drama acabará en la cancha o se extenderá al escenario. Una cosa es segura: la WNBA nunca ha presenciado una batalla legal tan dramática entre los dos talentos más destacados.