En un giro absolutamente explosivo para el mundo de la Fórmula 1, Max Verstappen, el tres veces campeón del mundo y estrella indiscutible de Red Bull Racing, ha roto el silencio… para no decir nada. Tras una carrera catastrófica en el Gran Premio de Baréin, Verstappen ha dejado al paddock helado al negarse rotundamente a hablar con su propio equipo, alimentando rumores de una profunda crisis interna en el equipo campeón.

De favorito a frustrado: ¿qué pasó en Baréin?
El Gran Premio de Baréin 2025 era, para muchos, la oportunidad perfecta para que Red Bull reafirmara su dominio. Todo apuntaba a otro paseo triunfal para el neerlandés, pero lo que ocurrió fue un desastre absoluto. Desde los primeros giros, el monoplaza RB21 comenzó a mostrar signos de problemas mecánicos: pérdida de potencia, fallos en el sistema de recuperación de energía y una degradación de neumáticos alarmante.
En la vuelta 18, Verstappen fue superado por Charles Leclerc y George Russell sin poner apenas resistencia. En la vuelta 34, tras un frustrante intercambio por radio, Max entró en boxes y no volvió a salir. Retiro oficial por “problemas técnicos no identificados”. Lo que se vivió a continuación fue aún más impactante.
Silencio ensordecedor: Verstappen desaparece
En lugar de dirigirse al box y hablar con sus ingenieros, Verstappen abandonó el paddock sin decir una palabra, ignorando completamente al director de equipo Christian Horner y al jefe técnico Adrian Newey. Periodistas esperaban una declaración, una explicación, incluso un arranque de furia. Pero no: ni una palabra, ni un gesto. Solo un Max visiblemente molesto, saliendo del circuito por una puerta trasera.
Fuentes internas de Red Bull han confirmado que Verstappen está “furioso” por lo ocurrido, especialmente porque había advertido al equipo sobre posibles fallas en el motor antes del inicio de la carrera, y no se tomaron medidas correctivas. Algunos incluso mencionan que su confianza en el equipo se ha “fracturado”.
Tensión acumulada: ¿ruptura inminente?
Lo sucedido en Baréin no es un hecho aislado. En las últimas semanas, varios rumores han circulado sobre tensiones entre Verstappen y Red Bull, especialmente en torno a la presión por desarrollar el coche de 2026 y la supuesta interferencia de patrocinadores en decisiones técnicas. La salida reciente de varios ingenieros clave y los rumores de una posible oferta de Mercedes para fichar a Verstappen han añadido leña al fuego.
Los fans, por su parte, están divididos. Mientras unos apoyan a Max por exigir un coche competitivo, otros critican su actitud por considerarla poco profesional y perjudicial para el equipo.
Reacciones desde el paddock
Christian Horner, visiblemente incómodo ante los medios, se limitó a decir:
“Estamos analizando los problemas técnicos y hablaremos con Max en su debido momento. Hay emociones fuertes, pero seguimos siendo un equipo.”
Por su parte, Fernando Alonso comentó entre risas:
“A veces, los campeones también tienen malos días… pero no todos se van sin saludar.”
El paddock se encuentra en un estado de total expectación. ¿Volverá Verstappen a hablar con su equipo? ¿Será esta la primera señal de una ruptura definitiva con Red Bull? ¿Podría otro equipo aprovechar esta grieta?
¿Qué sigue para Red Bull?
Con una temporada apenas iniciada y muchas carreras por delante, Red Bull enfrenta ahora su mayor reto desde 2021: no solo técnico, sino humano. Si no logran calmar las aguas, el reinado de Verstappen y Red Bull podría estar tambaleándose.
Lo que está claro es que, tras lo ocurrido en Baréin, nada será igual dentro del garaje de Red Bull. Y el mundo entero estará mirando cada gesto, cada palabra… o cada silencio.