“Antes de morir, necesito decirte la verdad”: El primo de Hitler rompe el silencio después de 70 años.

Una misión secreta del SAS para capturar o eliminar al general nazi Erwin Rommel durante la Segunda Guerra Mundial ha salido a la luz 80 años después, revelando detalles de un audaz plan que pudo haber cambiado el rumbo del conflicto. Conocido como el “Zorro del Desierto”, Rommel fue una figura clave en la maquinaria de guerra de Hitler, liderando las fuerzas alemanas en el norte de África y, más tarde, en Francia tras el desembarco de Normandía en junio de 1944. Este operativo, conocido como Operación Gaff, fue diseñado para romper el estancamiento en las semanas posteriores al Día D, cuando los Aliados temían que la resistencia nazi pudiera prolongar la guerra en Europa. La misión, aprobada por el mariscal de campo Bernard Montgomery, involucró a un equipo de seis comandos de élite del Servicio Aéreo Especial (SAS) británico, cuya tarea era tan arriesgada como fascinante: eliminar o secuestrar a uno de los estrategas más brillantes de la Alemania nazi.

El plan era sorprendentemente preciso. Tras descubrir el castillo francés en La Roche-Guyon, a 50 millas al oeste de París, donde Rommel se alojaba, el SAS, liderado por el mayor Bill Fraser, planeó un ataque quirúrgico. Un francotirador se ocultaría en los bosques al otro lado del río Sena, frente al castillo, y dispararía a Rommel desde 400 yardas mientras paseaba por los jardines italianos de la propiedad. Si lograban capturarlo con vida, un avión aterrizaría en una pista preparada para sacarlo de la Francia ocupada por los nazis. La inteligencia sobre Rommel era detallada, incluyendo las rutas que usaba para viajar hacia y desde el castillo. Damien Lewis, historiador militar y autor del libro *SAS Daggers Drawn*, describe la operación como “una de las misiones más audaces de la Segunda Guerra Mundial, diseñada para golpear al corazón del mando nazi y enviar un mensaje de fuerza a los Aliados”.

La Operación Gaff no solo buscaba neutralizar a Rommel, sino también generar un impacto psicológico en las fuerzas alemanas. Capturar al “Zorro del Desierto” habría sido un golpe propagandístico de proporciones inmensas, según un documento secreto de julio de 1944 citado por Lewis: “Si fuera posible secuestrar a Rommel y llevarlo a Inglaterra, el valor propagandístico sería inmenso”. Sin embargo, el mismo documento reconocía que matar al general sería más sencillo, ya que el secuestro requería comunicaciones por radio bidireccionales y un equipo más grande, mientras que un asesinato podía confirmarse simplemente con una paloma mensajera. Esta mezcla de tácticas modernas y métodos arcaicos refleja la desesperación y creatividad de los comandos en un momento crítico de la guerra.

El equipo del SAS incluía figuras como el cabo Tom Moore, un veterano de las campañas en el norte de África e Italia. Moore, descrito por Lewis como un hombre reservado que rara vez hablaba de sus hazañas, formó parte de esta misión de alto riesgo. Su historia, junto con la de otros comandos, emergió gracias a los archivos familiares del héroe del SAS Paddy Mayne, descubiertos recientemente. “Estos hombres eran más que soldados; eran estrategas dispuestos a arriesgarlo todo por una causa mayor”, escribe Lewis, destacando el coraje y la determinación de los involucrados. Moore, tras la Operación Gaff, continuó realizando misiones secretas en Alemania y Noruega, desarmando fuerzas enemigas antes de regresar a Gran Bretaña para trabajar como mecánico y formar una familia.

La misión, sin embargo, no llegó a ejecutarse como se planeó. Rommel resultó gravemente herido en julio de 1944 cuando su vehículo fue atacado por la RAF, lo que lo obligó a regresar a Alemania. Este evento, combinado con su implicación en el complot del 20 de julio para asesinar a Hitler, llevó a su suicidio forzado por cianuro en octubre de ese año. Aunque la Operación Gaff no se completó, su planificación meticulosa y el arrojo de los comandos del SAS muestran el nivel de audacia que caracterizó a esta unidad de élite. Lewis, en su libro, resalta que “la mera existencia de esta misión demuestra la voluntad de los Aliados de ir más allá de lo convencional para derrotar a los nazis”.

El contexto histórico de la Operación Gaff añade otra capa de intriga. En las semanas posteriores al Día D, los Aliados enfrentaban una resistencia feroz en Normandía. Montgomery, consciente de la necesidad de romper el estancamiento, vio en Rommel un objetivo clave. Su captura o eliminación podría desmoralizar a las tropas alemanas y debilitar su estructura de mando. La elección de La Roche-Guyon como escenario no fue casual: el castillo, enclavado en un pintoresco pueblo francés, era un símbolo del poder nazi en la región, pero también un punto vulnerable debido a su ubicación junto al Sena. El plan del francotirador, descrito por Lewis como “un disparo que habría cambiado la historia”, ilustra la precisión quirúrgica que el SAS buscaba en sus operaciones.

La revelación de esta misión, 80 años después, ha captado la atención de historiadores y entusiastas de la Segunda Guerra Mundial. Las redes sociales, especialmente plataformas como Facebook, han amplificado el interés en historias de heroísmo como esta, donde el suspense y el riesgo se entrelazan con la estrategia militar. La narrativa de un pequeño equipo de comandos enfrentándose a un gigante como Rommel resuena con audiencias que buscan historias de valentía frente a la adversidad. Además, el libro de Lewis, *SAS Daggers Drawn*, ha sido elogiado por su capacidad para dar vida a estos relatos a través de documentos y testimonios de primera mano, muchos de los cuales permanecieron en secreto durante décadas.

El legado del SAS y de misiones como la Operación Gaff sigue siendo relevante hoy. La unidad, fundada por David Stirling en 1941, sentó las bases para las fuerzas especiales modernas, influyendo en tácticas de combate y operaciones encubiertas en todo el mundo. La valentía de hombres como Tom Moore y Bill Fraser, quienes operaron en la sombra con un riesgo constante de captura y ejecución, es un testimonio de la determinación humana. Como señala Lewis, “estas historias no solo honran a los que lucharon, sino que nos recuerdan la importancia de la resistencia frente a la tiranía”.

La Operación Gaff, aunque no se llevó a cabo, encapsula el espíritu de innovación y coraje que definió al SAS. La idea de un francotirador apostado en un bosque, esperando el momento perfecto para disparar, o de un avión listo para evacuar a un general nazi capturado, evoca una mezcla de suspense y admiración. Para aquellos que buscan entender los momentos cruciales de la Segunda Guerra Mundial, esta misión ofrece una ventana a las operaciones secretas que moldearon el conflicto. El relato de Damien Lewis, basado en archivos recién descubiertos, asegura que las hazañas de estos comandos no caigan en el olvido, invitando a los lectores a imaginar qué habría pasado si ese disparo en los jardines de La Roche-Guyon hubiera sido disparado.

https://youtu.be/kps7wTRuZ6c

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