Angel Reese toma una decisión profesional audaz: «No hay respeto en esto. Voy a llevar mi talento al extranjero porque merezco más respeto».

En un anuncio dramático y emotivo que ha conmocionado al mundo del baloncesto, la estrella de LSU y novata de la WNBA, Angel Reese, ha declarado su intención de dejar los Estados Unidos y seguir su carrera de baloncesto en el extranjero.

Citando una falta de respeto, reconocimiento y trato adecuado en el baloncesto profesional estadounidense, la decisión de Reese es al mismo tiempo una declaración personal y un comentario sobre el estado más amplio de los deportes femeninos.

“Lo di todo por el juego aquí”, dijo Reese en un video exclusivo publicado en sus plataformas de redes sociales.

Pero cuando lo das todo y aun así te sientes irrespetado —por la liga, los medios, la afición—, quizá sea hora de ir a un lugar donde realmente te valoren. Estoy llevando mi talento al extranjero. Merezco más respeto.

Una estrella en ascenso con un mensaje global

Angel Reese saltó a la fama después de llevar a LSU a un campeonato nacional en 2023.

Conocida por su feroz competitividad, su personalidad sin complejos y sus celebraciones virales en la cancha, Reese se convirtió rápidamente en una de las caras más reconocibles del baloncesto universitario femenino.

Su marca “Bayou Barbie” se convirtió en un gigante del marketing y ella aprovechó acuerdos de nombre, imagen y semejanza (NIL) que la situaron entre los mejores del país.

Pero a pesar de su popularidad, Reese ha enfrentado constantes críticas tanto de sus fanáticos como de figuras de los medios.

Desde su lenguaje corporal hasta sus insultos, cada movimiento que hacía era analizado minuciosamente. Al comenzar su trayectoria en la WNBA, anticipó nuevas oportunidades, pero lo que siguió la desilusionó.

“Esta liga simplemente no nos respeta como debería”

La declaración de Reese no se trata solo de su trayectoria personal: es una crítica más amplia al estado de la WNBA y del baloncesto femenino en los EE. UU.

La liga, aunque está creciendo, lleva mucho tiempo lidiando con problemas de equidad salarial, visibilidad mediática y respeto cultural. Y Reese, una poderosa mujer negra que genera atención y compromiso, ha sentido estas tensiones en carne propia.

“Esta liga simplemente no nos respeta como debería”, dijo en su declaración.

“La crítica constante, los dobles estándares, la falta de inversión… todo eso te desgasta”.

Sesgo mediático y doble moral racial

Una parte importante de la frustración de Reese se debe a cómo la han retratado los medios en comparación con otros jugadores.

Mientras que sus contrapartes blancas, como Caitlin Clark, de Iowa, han sido ampliamente elogiadas por su confianza y su espíritu competitivo, Reese a menudo ha sido retratada como demasiado impetuosa, demasiado emocional o incluso agresiva.

“Es increíble cómo a lo mismo se le llama ‘pasión’ cuando alguien más lo hace y ‘actitud’ cuando lo hago yo”, dijo. “Veo la diferencia. Y los fans también”.

Este sentimiento ha encontrado eco en las redes sociales, donde los debates en torno a la raza y el tratamiento mediático han sido feroces.

Muchos fanáticos han señalado los dobles estándares a los que se ha enfrentado Reese, especialmente cuando se trata de cómo se ven sus celebraciones, expresiones y juego emocional.

Considerando Europa y Asia: “Allí te tratan como a una superestrella”

En su anuncio, Angel Reese no especificó dónde planea continuar su carrera, pero dejó en claro que ya recibió ofertas de las principales ligas de Europa y Asia.

“El respeto, el dinero, el cariño de la afición… todo es diferente”, dijo. “Allí te tratan como a una superestrella”.

Las ligas europeas de primer nivel, incluidas las de Turquía, España y Rusia, ofrecen desde hace mucho tiempo a las jugadoras estadounidenses de la WNBA contratos lucrativos y trato de estrella.

En países como China y Corea del Sur, las jugadoras pueden ganar tres o cuatro veces más que en la WNBA, además de disfrutar de mejores condiciones de viaje, estadios llenos y acuerdos de patrocinio nacionales.

Para muchas estrellas de la WNBA, la decisión de jugar en el extranjero es una cuestión económica. Para Angel Reese, también se trata de respeto, reconocimiento y bienestar mental.

Reacciones de los fans: conmoción, apoyo y tristeza

Las redes sociales estallaron a los pocos minutos del anuncio de Reese. Fans, periodistas y compañeros atletas inundaron sus cuentas con mensajes de apoyo, sorpresa y reflexión.

“No le debe nada a nadie”, tuiteó la estrella de la NBA Ja Morant. “Angel Reese cambió el juego y ahora está forjando su propio camino. Respeto”.

“Tiene toda la razón”, publicó Sheryl Swoopes, leyenda de la WNBA. “Todavía queda mucho por hacer en el trato que esta liga da a nuestras jóvenes estrellas, especialmente a las jóvenes negras”.

Algunos fanáticos expresaron su desilusión por la partida de Reese tan temprano en su carrera en la WNBA, pero muchos se hicieron eco de sus frustraciones y reconocieron que la liga no ha creado un espacio seguro y enriquecedor para jugadoras como ella.

El legado de LSU y lo que viene después

El legado universitario de Angel Reese está cimentado en la historia de la NCAA. Su dominio en LSU, su liderazgo durante la carrera por el campeonato y su personalidad audaz la convirtieron en una figura reconocida.

Aportó visibilidad, rating y energía al baloncesto femenino.

Ahora, mientras se marcha, muchos se preguntan qué significa su partida para el futuro de la WNBA y del baloncesto femenino en general.

“No debería ser necesario perder jugadores como Angel para despertar a la gente”, dijo un fan en TikTok.

Ella está haciendo lo que le conviene. Pero la liga debería estar mejor.

Reese ha prometido seguir defendiendo a la próxima generación de mujeres deportistas.

“Que me vaya al extranjero no significa que me quede callada. Seguiré luchando por mis hermanas aquí”, dijo.

¿Es esta una decisión única o el comienzo de una tendencia?

Angel Reese no es la primera jugadora de la WNBA que busca una vida mejor en el extranjero, pero su partida podría marcar un punto de inflexión fundamental.

Con el auge de las redes sociales, el conocimiento de marca global y la creciente popularidad de las ligas femeninas internacionales, más estrellas jóvenes podrían considerar el camino de Reese.

“Si la falta de respeto continúa, créanme: no seré la última”, afirmó.

Ya hay rumores en los vestuarios de la WNBA que sugieren que otras novatas e incluso veteranas están evaluando sus opciones.

La expansión de la liga, el crecimiento de la audiencia y la mayor atención al bienestar de los jugadores tal vez no estén avanzando lo suficientemente rápido como para detener el éxodo.