Una sacudida estremece el mundo de la tecnología y la automoción: Tesla acaba de perder mil millones de dólares en valor en cuestión de días. Las bolsas internacionales reaccionan con pánico, mientras dos de sus principales mercados –China y Europa– muestran señales claras de retirada. Elon Musk, que alguna vez fue el rostro imparable de la innovación, ahora se enfrenta a la dura realidad de un imperio que se desmorona bajo sus pies.
China: del mayor aliado al primer abandono
Durante años, China fue uno de los pilares de crecimiento de Tesla. Representaba más del 30% de sus ingresos anuales y acogía con entusiasmo cada nuevo modelo. Pero en 2025, las ventas han caído más de un 40%. ¿La razón? Los fabricantes chinos como BYD, NIO y XPeng han ganado la batalla en precio, innovación y nacionalismo económico.
A esto se suma una creciente desconfianza hacia Musk, visto como impredecible y políticamente controvertido. Las autoridades chinas ahora prefieren promover sus propias marcas, lo que deja a Tesla cada vez más marginada en el mayor mercado del mundo para vehículos eléctricos.
Europa se enfría con Musk
En Europa, el entusiasmo por Tesla también se diluye. Países como Alemania, Francia y Noruega, que antes abrazaban la revolución verde de Musk, ahora favorecen marcas locales. Las ayudas gubernamentales se están redirigiendo hacia empresas europeas como Volkswagen, Renault o Stellantis, que buscan fortalecer la autonomía industrial del continente.
La Gigafactory en Berlín, símbolo de la expansión europea de Tesla, está ahora rodeada de polémicas laborales, retrasos de producción y una imagen pública cada vez más deteriorada.
El mercado reacciona: desplome bursátil
Las consecuencias han sido inmediatas: Tesla perdió 1.000 millones de dólares en capitalización bursátil en menos de una semana. Los inversores, que en su día idolatraban a Musk, hoy muestran signos de impaciencia e incertidumbre. La falta de avances reales en conducción autónoma, los escándalos en X (antes Twitter) y los recortes masivos de personal han erosionado la confianza.
“Está perdiendo el control. Tiene demasiados frentes abiertos y empieza a pagar el precio”, señala un analista de Bloomberg. La narrativa del genio visionario comienza a desmoronarse.
Elon Musk: solo frente al colapso
Hoy, Musk se encuentra en una posición cada vez más aislada. Su estilo de liderazgo imprevisible, su tendencia a la confrontación y su aparente desconexión con los mercados están afectando seriamente la salud de su conglomerado. Tesla, SpaceX, X, Neuralink… todos enfrentan desafíos simultáneos, sin una estrategia clara de recuperación.
Lo que alguna vez fue una historia de éxito y dominación tecnológica global, ahora parece una lección de advertencia sobre los peligros del exceso de confianza, la sobreexpansión y el culto a la personalidad.
Conclusión: el imperio Musk tiembla
La caída de mil millones puede ser solo el principio. A medida que los mercados se alejan, que los empleados pierden la fe y que los consumidores buscan alternativas, el futuro de Tesla y del “mundo Musk” es más incierto que nunca. Lo que antes era sinónimo de innovación y futuro, ahora simboliza el desgaste de un imperio construido sobre promesas aún no cumplidas.
La pregunta ya no es si Elon Musk revolucionará el mundo otra vez, sino si podrá evitar que su legado se derrumbe ante nuestros ojos.