Según Tri Thuc Tre, citando a 7Tales, la historia comienza en septiembre de 1969, en el pueblo de Rzhavchik Tisulskago, en la provincia de Kemerovo (Rusia). Mientras trabajaba en una mina a más de 72 metros de profundidad, el minero Karnaukhov descubrió accidentalmente un ataúd de mármol con patrones decorativos muy sofisticados en el exterior.
Todos los trabajos en la mina deben detenerse inmediatamente. El ataúd fue sacado a la superficie para ser abierto. El borde del ataúd está fosilizado. Según testigos, cuando se abrió el ataúd, en el interior se encontraba el cuerpo de una mujer. El ataúd estaba lleno de un líquido rosa azulado. Esta mujer, que parecía tener unos 30 años, fue llamada Princesa Tisulsky por algunos periódicos locales.
El minero descubrió el ataúd durante el trabajo.
Primer plano del ataúd de mármol.
Según la descripción, la princesa tiene ojos grandes y redondos de color azul, típicos de los europeos. Su cabello es ligeramente rizado, espeso y con reflejos rojos, y le llega hasta la cintura. Sus manos son suaves y sus uñas están perfectamente cortadas. Lleva un vestido de encaje hasta la rodilla con mangas cortas bordadas con flores. En el interior no lleva ropa interior. Parece una persona dormida, pero aun así se ve muy viva. Sobre su cabeza hay una caja de metal, un extremo es rectangular, el otro extremo es redondo, mide 10x25cm. Nadie sabe qué es ni para qué sirve.
Un descubrimiento arqueológico ha dejado perplejos a científicos e historiadores de todo el mundo. En un remoto bosque de la región, un equipo de investigadores ha hallado lo que parece ser el ataúd de una princesa, ¡con una antigüedad de 800 millones de años! Lo más sorprendente es que, a pesar de la increíble cantidad de tiempo transcurrido, la piel de la mujer dentro del ataúd sigue mostrando un tono rosado sorprendentemente vívido, lo que ha desconcertado aún más a la comunidad científica. Este hallazgo desafía muchas de las teorías convencionales sobre la preservación de los cuerpos a lo largo de la historia, así como sobre los límites de la civilización humana.
El ataúd fue descubierto en lo profundo de un denso bosque, un lugar que había estado fuera de los mapas durante siglos. Los arqueólogos que lo encontraron se sorprendieron no solo por la antigüedad de la tumba, sino también por las condiciones inusuales de conservación del cuerpo. A pesar de las condiciones extremas del paso del tiempo, la piel de la princesa mantiene un color rosado claro, algo que no tiene precedentes en la ciencia forense y en los estudios de conservación de restos humanos. Los investigadores han señalado que este tipo de conservación es extremadamente raro, y mucho menos en un cuerpo de esa antigüedad.
A lo largo de los siglos, los cuerpos humanos se descomponen debido a factores ambientales como la humedad, el oxígeno y las bacterias, entre otros. Sin embargo, lo que ha sucedido en este caso es completamente inexplicable. Algunos científicos han sugerido que el ambiente dentro del ataúd pudo haber jugado un papel clave en la preservación, creando una atmósfera especial que retrasó la descomposición de la piel. Sin embargo, los detalles sobre el proceso de conservación siguen siendo un misterio.
El ataúd parece estar hecho de un material que se ha desintegrado en su mayoría con el paso de los siglos, pero el cuerpo en su interior ha quedado notablemente preservado, como si se tratara de un hallazgo mucho más reciente. Junto al cuerpo, también se encontraron varios artefactos antiguos que podrían ser indicativos de la cultura y el estatus social de la princesa. Se descubrieron objetos que parecen ser de oro, piedras preciosas y otros adornos, lo que sugiere que la mujer enterrada en el ataúd pertenecía a una familia real o aristocrática.
Además, este hallazgo plantea una gran pregunta: ¿cómo es posible que haya existido una civilización humana tan avanzada hace 800 millones de años? Hasta ahora, la historia registrada de la humanidad solo se remonta a unos pocos miles de años, y descubrimientos como este desafían las líneas de tiempo convencionales que se han utilizado para describir la evolución humana. Algunos teorías especulan que este descubrimiento podría reescribir gran parte de lo que sabemos sobre los primeros humanos y su desarrollo.