El Gran Premio de Brasil fue un espectáculo lleno de dramatismo, batallas y un resultado sorprendente que avivó las llamas de la rivalidad entre Max Verstappen y Lando Norris. Verstappen, que había estado luchando por una victoria desde el GP de España, se hizo con una victoria contundente en una carrera caótica y bajo la lluvia, logrando su 17.ª vuelta más rápida después de ascender desde el 17.º puesto. Sin embargo, mientras Verstappen celebraba una victoria reñida, estalló una polémica posterior a la carrera cuando discrepó con los comentarios de Norris y cuestionó el manejo de las sanciones por parte de la FIA, insinuando un sesgo de los medios británicos en su contra.
La carrera comenzó con Verstappen mostrando una habilidad increíble en medio de una lluvia torrencial, evitando por poco los choques y navegando por un circuito impredecible. Sin embargo, Norris, que inicialmente lideró, vio cómo su ventaja en la pole se le escapaba cuando una bandera roja y las regulaciones posteriores le otorgaron a Verstappen una posición privilegiada. Esta regla permitía a los pilotos cambiar neumáticos en condiciones de bandera roja, una situación que beneficiaba a Verstappen y frustraba a Norris. Aunque Norris reconoció la fuerte conducción de Verstappen, comentó que el piloto de Red Bull había tenido “suerte” con la regla y que era una regla que ningún piloto apoyaba. Norris declaró: “Todos los pilotos han estado en desacuerdo con ella en el pasado… Podría habernos beneficiado si nos hubiéramos quedado fuera, pero es una estupidez pensar en eso. Solo un poco de mala suerte hoy, nada más”.
Verstappen, visiblemente imperturbable, respondió a los comentarios de Norris defendiendo su victoria, haciendo hincapié en la imprevisibilidad de la carrera. En una entrevista posterior a la carrera, declaró que su paciencia en medio de las condiciones adversas fue fundamental, diciendo: “Estaba feliz de mantener el auto en la pista… Mantuvimos la calma; fue una carrera muy larga y tomamos las decisiones correctas”. Para Verstappen, esta victoria fue más que solo puntos en el tablero. Su celebración y alivio destacaron un regreso triunfal en medio de las recientes dificultades en Austin y México, donde los problemas mecánicos habían obstaculizado sus actuaciones. El exitoso regreso de la estrella de Red Bull fortaleció su posición en la carrera por el campeonato, acercándolo a asegurar un cuarto título consecutivo, posiblemente en Las Vegas.
Sin embargo, el GP de Brasil se vio empañado por una nueva controversia con una investigación de la FIA que involucró a Norris y al piloto de Mercedes George Russell. El incidente se centró en el protocolo de inicio de la carrera después de que una bandera roja de último minuto hiciera que varios pilotos, incluidos Norris y Russell, abandonaran por error sus puestos en la parrilla, una infracción que inicialmente no fue sancionada. Verstappen, habiendo observado el enfoque de la FIA, cuestionó sutilmente si la regulación se habría aplicado de manera diferente en su caso, citando sanciones anteriores que había enfrentado. La FIA luego multó a Norris y Russell con 5.000 euros, un castigo que Verstappen insinuó que era indulgente en comparación con sus propias experiencias, diciendo: “Miren las regulaciones… cuando he estado en situaciones similares, no se ha desarrollado de esta manera”. Las frustraciones de Verstappen con la FIA reflejan un descontento más profundo que ha expresado durante toda la temporada, sugiriendo a menudo un sesgo en su contra por parte de la prensa británica y las autoridades de las carreras.
Esta victoria y las controversias asociadas subrayan la creciente tensión entre Verstappen y Norris. A principios de la temporada, Verstappen sugirió que su “pasaporte equivocado” lo había sometido a un trato injusto, mientras que los críticos de los medios británicos se apresuraron a abalanzarse sobre su reciente caída en el rendimiento. Después de su victoria en Brasil, Verstappen señaló con humor la ausencia de los medios británicos en la conferencia de prensa, lo que insinuó aún más las tensas relaciones. “No veo a ninguna prensa británica, ¿tuvieron que correr al aeropuerto?”, bromeó, subrayando su percepción de parcialidad y aumentando la rivalidad con Norris, que se ha convertido en uno de los pocos pilotos que lo desafían constantemente.
Es probable que esta rivalidad se intensifique a medida que la temporada se acerca a sus últimas etapas, con Verstappen a punto de conseguir otro título de campeón y Norris empujando a McLaren hacia una seria contienda. Para Verstappen, sin embargo, esta victoria es más que un trampolín hacia otro título; es una declaración a sus críticos. Su comentario, “Solo quiero carreras limpias hasta el final de la temporada”, habla de su deseo de terminar el año con fuerza, libre de las controversias que lo han plagado en las últimas semanas.
Mientras tanto, el papel de la FIA ha sido objeto de escrutinio. Sus decisiones, ya sea relacionadas con banderas rojas, sanciones o largadas de carrera, se ven cada vez más desde una perspectiva crítica, ya que tanto los fanáticos como los pilotos se preguntan si existen favoritismos o inconsistencias dentro del organismo rector del deporte. La frustración pública de Verstappen con la percepción de parcialidad y el descontento de Norris con las regulaciones de las carreras reflejan un sentimiento compartido por muchos dentro de la Fórmula 1: que las reglas y las decisiones a veces parecen aplicarse de manera desigual.
A medida que la temporada se acerca a su fin, el drama continuará, especialmente a la luz de la búsqueda de Verstappen de carreras limpias y su enfoque en superar estos prejuicios percibidos. Su determinación, junto con el empuje de Norris y su rivalidad constante, promete a los fanáticos un final emocionante para la temporada y un vistazo a lo que podría ser una historia decisiva en los próximos años. No se sabe si la FIA abordará las preocupaciones de estos pilotos, pero como lo demuestra la victoria de Verstappen en Brasil, no solo está compitiendo por títulos, sino que está compitiendo para cambiar la narrativa en torno a su carrera, con la esperanza de asegurarse no solo campeonatos, sino el respeto que cree que merece.