El mundo de la arqueología está de celebración tras el reciente hallazgo de 13 ataúdes perfectamente conservados en la necrópolis de Saqqara, en Egipto. Este descubrimiento, que data de hace aproximadamente 2.500 años, ha sido catalogado como uno de los más significativos en los últimos años por la riqueza de información que puede aportar sobre las costumbres funerarias del antiguo Egipto.
El equipo de arqueólogos, dirigido por el Ministerio de Antigüedades de Egipto, encontró los ataúdes en el fondo de un pozo funerario de 11 metros de profundidad. Sorprendentemente, los ataúdes de madera aún mantienen sus colores y decoraciones originales, con inscripciones jeroglíficas y motivos religiosos que detallan la vida y creencias de la época. Según los expertos, este nivel de conservación es excepcional y abre una ventana directa al pasado.
Lo que hace que este hallazgo sea aún más fascinante es que los ataúdes permanecieron sellados desde el momento en que fueron enterrados. Esto significa que nunca fueron profanados, un hecho poco común en las tumbas egipcias antiguas, que a menudo eran saqueadas a lo largo de los siglos. Además de los ataúdes, los arqueólogos han encontrado varias figurillas funerarias, amuletos y objetos que podrían haber sido colocados para acompañar a los difuntos en su viaje al más allá.
El doctor Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, declaró: “Este descubrimiento no solo es un testimonio del arte funerario del antiguo Egipto, sino también una prueba de las habilidades técnicas y la devoción religiosa de esta civilización. Cada ataúd cuenta una historia, y estamos trabajando para descifrar los detalles.”
Según los primeros análisis, los ataúdes pertenecen a la dinastía tardía de Egipto, una época en la que la influencia política del país estaba en declive, pero su tradición cultural y religiosa seguía siendo vibrante. Las inscripciones en los ataúdes incluyen oraciones y pasajes del “Libro de los Muertos”, un texto sagrado que ayudaba a los difuntos a navegar en el más allá.
El descubrimiento también ha despertado un gran interés entre los egiptólogos y el público en general. A través de las redes sociales, las imágenes de los ataúdes han generado miles de comentarios y compartidos, mientras que el gobierno egipcio ha destacado la importancia de este hallazgo como un impulso para el turismo, especialmente tras el impacto de la pandemia de COVID-19.
En los próximos meses, los arqueólogos continuarán sus investigaciones en el lugar del hallazgo. Además, se planea una serie de análisis con tecnología avanzada, incluyendo escáneres y estudios de ADN, para determinar la identidad de las personas enterradas y sus posibles conexiones familiares.
Por último, se espera que los ataúdes sean trasladados al Gran Museo Egipcio, actualmente en construcción cerca de las pirámides de Giza, donde se exhibirán junto a otros descubrimientos recientes. Este descubrimiento no solo enriquece el legado histórico de Egipto, sino que también subraya la importancia de preservar y estudiar estos tesoros culturales para futuras generaciones.