En los anales de la historia japonesa, pocas prácticas son tan inquietantes como el Ubasute. Esta antigua costumbre, envuelta en misterio, implicaba abandonar a las madres ancianas en lugares remotos para que se enfrentaran a una muerte solitaria. Si bien sus orígenes siguen siendo especulativos, una teoría vincula su surgimiento con la Gran Hambruna de Teimei de 1783, desencadenada por la erupción del Monte Asama. Cuando las cosechas fracasaron y la hambruna se extendió, las comunidades se enfrentaron a la terrible necesidad de reducir la población, lo que llevó a la desgarradora decisión de abandonar a quienes se consideraban menos capaces de contribuir.
Entre los relatos que rodean esta práctica, ninguno es más conmovedor que el de Ubasuteyama, o “Montaña del Abandono”. Cuenta la historia de un hijo que fue enviado a cargar a su anciana madre hasta la cima de una montaña para dejarla atrás. Mientras subían, la madre, consciente de su destino, rompió ramas a lo largo del camino. Cuando se le preguntó, explicó que estaba marcando el camino para asegurar el regreso sano y salvo de su hijo, un último acto de amor maternal que impulsó al hijo a desafiar la tradición y llevarla de vuelta a casa.
Ubasute nos obliga a enfrentarnos a cuestiones incómodas sobre el envejecimiento, el cuidado y el valor de la vida humana. Si bien es fácil condenarlas según los estándares modernos, es fundamental considerar el contexto histórico de extrema penuria que dio origen a tales prácticas. Esta tradición nos desafía a examinar nuestras propias actitudes sociales hacia los ancianos y hasta dónde podemos llegar en tiempos de crisis
Hoy, Ubasute sirve como un duro recordatorio de las luchas de nuestros antepasados y de la evolución de las normas sociales. Provoca debates cruciales sobre la compasión, los vínculos familiares y la dignidad del envejecimiento. Al explorar este controvertido capítulo de la historia, se nos anima a reflexionar sobre nuestras propias responsabilidades hacia los ancianos y el poder perdurable del amor familiar, incluso ante dificultades inimaginables.